domingo, 21 de diciembre de 2008

RevoLuciÓn PingUina.... FuTuro De ChiLe!!!!


Cada día sorprende la forma en que los estudiantes secundarios han logrado poner en la agenda nacional el tema de la mejora en el sistema de educación. Lo que comenzó con tímidas manifestaciones públicas por demandas menores ha llegado a ser un movimiento a nivel nacional, al que se han adherido profesores, padres y estudiantes universitarios.

Para argumentar un poco de historia. Entre 1990 y el 2000, a fines de 1994 y por encargo del ex presidente Eduardo Frei, una comisión de expertos redactó un sendo informe, conocido como “Informe Brunner” , que detalló un sinnúmero de falencias del sistema educativo chileno y se constituyó como el documento base para la Reforma Educacional que comienza a operar a partir de 1996. Este claro diagnóstico generó altas expectativas en la población, ya que se esperaba que dichas medidas fueran implementadas en forma oportuna, especialmente cuando ya en ese momento se había declarado la situación de déficit en que se encontraba nuestra nación.

Posteriormente en 1997 se impulsa la JEC (Jornada Escolar Completa), la que es presentada como uno de los proyectos estrellas del mencionado Gobierno y que buscaba disminuir la inequidad en la educación, pues se suponía que los niños y jóvenes al pasar más tiempo en las escuelas, generaría un efecto positivo sobretodo en los sectores más vulnerables, pues se compensaría su menor capital cultural. Sin embargo, y contrariamente a lo pensado, la brecha social y cultural sigue aumentando debido a que los establecimientos subvencionados con la JEC obtienen mejores resultados que los municipales con el mismo programa, porque los establecimientos municipales siguen concentrando a familias de bajo nivel socioeconómico, y hay que considerar que el ingreso y nivel educacional de los padres influyen en el rendimiento de los niños.

Ahora contextualizando desde lo que implica temporalmente desde el 2000 hasta nuestros días, y relativo a lo que son los esfuerzos de los últimos gobiernos por la igualdad de oportunidades en la educación, se creó la Ley de Subvención Preferencial, la que pretende entregar un monto adicional a las escuelas por cada alumno prioritario (estudiante con déficit socioeconómico) desde prekinder a octavo básico, y puede ser destinada al nivel de la comunidad escolar o focalizarla en un alumno en particular.A pesar de lo anterior y del consenso alcanzado para hacer los cambios necesarios, las políticas implementadas no consiguieron resolver los problemas de fondo que a mi parecer son dos: primero igualar el acceso y entrega de la educación, y el fin del lucro.

Esto se puede ver reflejado desde el 2006 con el comienzo del movimiento estudiantil (la denominada “Revolución Pingüina”) y que continúa hasta nuestros días, la que traspasó todas las áreas sociales involucrando a otros actores como al Colegio de Profesores y Federaciones de Estudiantes Universitarios, convirtiendo a la educación en un tema de discusión tanto a nivel Gubernamental como en los Medios de Comunicación y al interior de las familias de todo el país, y da cuanta de que a pesar de que la Reforma a la Educación se ha aplicado de manera muy gradual, todavía no existe un proyecto ordenador en esta materia garante de la equidad social e igualdad de oportunidades. Muy por el contrario podemos dar cuenta de Políticas Educativas que no están integradas en su totalidad y la segmentación ha crecido groseramente en este sistema.

Las escuelas compiten en el mercado para tener matricula y parte del marketing está basado en los resultados SIMCE. Para alcanzar mejores puntajes, los establecimientos particulares subvencionados seleccionan a los “mejores alumnos”. Así, finalmente lo que tanto publicitan los medios de comunicación es un engaño a la comunidad, pues lo real es que estas escuelas y liceos no son mejores, como aparecen; todo su “mérito” es que legalmente tienen el derecho de seleccionar y pueden trabajar con “buenos”alumnos. El resultado que obtienen no se debe a su trabajo sino a las características de los alumnos que matriculan.

Con cada una de las manifestaciones de parte de los estudiantes, se ve que si bien los secundarios, no tienen en sus planes de estudios la educación cívica, ellos han cumplido a cabalidad con lo que aparece, en los programas educativos, en términos de participación, de derecho, discusión, análisis, responsabilidad. Es de esperar no desvirtuar las manifestaciones, para así continuar con un movimiento ordenado.

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